Los niños en edad preescolar, son llamados “esponjas”, absorben de manera impresionante cada una de las interacciones sociales a la que se enfrenta día a día, cuando alguna de ellas se vuelve significativa, perdura en su conciencia a lo largo de su vida, sin importar si la misma ha sido positiva o negativa, esta trasciende y se convierte en parte de su personalidad. Es nuestro deber propiciar para los niños y niñas vivencias que lo ayuden a formarse en valores humanos que contribuyan a mejorar la sociedad, asumiendo el compromiso de la formación de ciudadanos vinculados con su contexto.
Los niños en edad preescolar, son llamados “esponjas”, absorben de manera impresionante cada una de las interacciones sociales a la que se enfrenta día a día, cuando alguna de ellas se vuelve significativa, perdura en su conciencia a lo largo de su vida, sin importar si la misma ha sido positiva o negativa, esta trasciende y se convierte en parte de su personalidad. Es nuestro deber propiciar para los niños y niñas vivencias que lo ayuden a formarse en valores humanos que contribuyan a mejorar la sociedad, asumiendo el compromiso de la formación de ciudadanos vinculados con su contexto.
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